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post-tittle

IA requerirá conocimientos en Big Data

Por: Reclu IT

13 de junio de 2017

La inteligencia artificial es uno de los campos de la tecnología que más está creciendo y avanzando en los últimos tiempos, y uno de los que cuentan con más proyección de futuro. También ha levantado bastante polvareda por las implicaciones que puede tener en la vida diaria, la privacidad y la seguridad de los humanos, pero aparte de esta polémica de si su llegada es para bien o para mal, no hay duda de que ha llegado para quedarse. Y a estas alturas, pocos dudan de que sus avances no serían posibles sin Big Data, que se ha convertido en el pilar que necesitaba el sector para avanzar definitivamente.

La inteligencia artificial llevaba varias décadas desarrollándose poco a poco, pero la explosión del Big Data, que en realidad es de lo que se alimenta este campo, le ha permitido desarrollarse a gran velocidad. Sin los miles de millones de datos que se generan en sus búsquedas, Google no tendría información para aprender de nuestras faltas cuando escribimos ni conocer nuestras preferencias de búsqueda. Siri y Cortana tampoco podrían comprender más que unas órdenes muy rudimentarias y básicas, pero gracias a las millones de horas que se han invertido en “hablar” con ellas han conseguido aprender varios idiomas, tanto a “hablar” en ellos como a comprender lo que decimos.

Según Forbes, cada año, la cantidad de datos que producimos se duplica. En cuanto a los sensores encargados de recoger información de todo tipo, está previsto que a lo largo de la próxima década su número alcance los 150 mil millones. En total, cuando termine la década habrá 20 veces más sensores que humanos en todo el planeta. Los datos que recogerán serán básicos para ayudar a los dispositivos de inteligencia artificial a comprender cómo pensamos y sentimos los humanos, pero también para acelerar su curva de aprendizaje y para facilitar la automatización del análisis de datos.

Hace tiempo, el crecimiento de la inteligencia artificial era limitado, y su mejora, en vez de basarse en datos recogidos en tiempo real estaba marcada por conjuntos de datos limitados y muestras representativas de datos. Tampoco era capaz de analizar datos con rapidez, mientras que en la actualidad ya se pueden analizar cantidades ingentes de datos en sólo unos segundos. Hoy ya se puede acceder a los datos en tiempo real, y se ha conseguido que estos estén siempre accesibles, y que las herramientas que se encargan de analizarlos los tengan siempre disponibles.

Con esto se ha conseguido impulsar la inteligencia artificial y el machine learning. Además se ha permitido pasar de los sistemas que se utilizaban históricamente en inteligencia artificial a otros que utilizan los datos como fuente primaria, con mecanismos que permiten una gran velocidad de acceso y análisis de los mismos.

Las empresas saben que el futuro de muchas pasa por adoptar sistemas de inteligencia artificial , por lo que muchas ya están haciendo lo mismo que las pioneras en la introducción de la inteligencia artificial en los negocios, como Google o Amazon, y están desarrollando sus propios sistemas. Por ejemplo, MetLife, uno de los mayores proveedores de seguros y beneficios a empleados de todo el mundo, que ha puesto en marcha también sistemas de inteligencia artificial alimentados con Big Data.

Mientras, la tecnología en ambos campos va avanzando, y muchos ya se preguntan si gracias a ellos veremos algún día ordenadores que piensen como un cerebro humano. Por ahora, las máquina ya pueden ver, comprender a un humano e interactuar con él, y gracias al nivel de desarrollo de la tecnología y al aumento de datos que podrán utilizar como fuente y pilar para avanzar, la inteligencia artificial puede llegar a descubrimientos y capacidades que en la actualidad sólo podemos imaginar.

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13 de junio de 2017

La inteligencia artificial es uno de los campos de la tecnología que más está creciendo y avanzando en los últimos tiempos, y uno de los que cuentan con más proyección de futuro. También ha levantado bastante polvareda por las implicaciones que puede tener en la vida diaria, la privacidad y la seguridad de los humanos, pero aparte de esta polémica de si su llegada es para bien o para mal, no hay duda de que ha llegado para quedarse. Y a estas alturas, pocos dudan de que sus avances no serían posibles sin Big Data, que se ha convertido en el pilar que necesitaba el sector para avanzar definitivamente.

La inteligencia artificial llevaba varias décadas desarrollándose poco a poco, pero la explosión del Big Data, que en realidad es de lo que se alimenta este campo, le ha permitido desarrollarse a gran velocidad. Sin los miles de millones de datos que se generan en sus búsquedas, Google no tendría información para aprender de nuestras faltas cuando escribimos ni conocer nuestras preferencias de búsqueda. Siri y Cortana tampoco podrían comprender más que unas órdenes muy rudimentarias y básicas, pero gracias a las millones de horas que se han invertido en “hablar” con ellas han conseguido aprender varios idiomas, tanto a “hablar” en ellos como a comprender lo que decimos.

Según Forbes, cada año, la cantidad de datos que producimos se duplica. En cuanto a los sensores encargados de recoger información de todo tipo, está previsto que a lo largo de la próxima década su número alcance los 150 mil millones. En total, cuando termine la década habrá 20 veces más sensores que humanos en todo el planeta. Los datos que recogerán serán básicos para ayudar a los dispositivos de inteligencia artificial a comprender cómo pensamos y sentimos los humanos, pero también para acelerar su curva de aprendizaje y para facilitar la automatización del análisis de datos.

Hace tiempo, el crecimiento de la inteligencia artificial era limitado, y su mejora, en vez de basarse en datos recogidos en tiempo real estaba marcada por conjuntos de datos limitados y muestras representativas de datos. Tampoco era capaz de analizar datos con rapidez, mientras que en la actualidad ya se pueden analizar cantidades ingentes de datos en sólo unos segundos. Hoy ya se puede acceder a los datos en tiempo real, y se ha conseguido que estos estén siempre accesibles, y que las herramientas que se encargan de analizarlos los tengan siempre disponibles.

Con esto se ha conseguido impulsar la inteligencia artificial y el machine learning. Además se ha permitido pasar de los sistemas que se utilizaban históricamente en inteligencia artificial a otros que utilizan los datos como fuente primaria, con mecanismos que permiten una gran velocidad de acceso y análisis de los mismos.

Las empresas saben que el futuro de muchas pasa por adoptar sistemas de inteligencia artificial , por lo que muchas ya están haciendo lo mismo que las pioneras en la introducción de la inteligencia artificial en los negocios, como Google o Amazon, y están desarrollando sus propios sistemas. Por ejemplo, MetLife, uno de los mayores proveedores de seguros y beneficios a empleados de todo el mundo, que ha puesto en marcha también sistemas de inteligencia artificial alimentados con Big Data.

Mientras, la tecnología en ambos campos va avanzando, y muchos ya se preguntan si gracias a ellos veremos algún día ordenadores que piensen como un cerebro humano. Por ahora, las máquina ya pueden ver, comprender a un humano e interactuar con él, y gracias al nivel de desarrollo de la tecnología y al aumento de datos que podrán utilizar como fuente y pilar para avanzar, la inteligencia artificial puede llegar a descubrimientos y capacidades que en la actualidad sólo podemos imaginar.

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